La burguesía italiana del siglo XVI tenía un especial afán por el color rojo, el cual, junto con el blanco y verde representaba las tres virtudes cardinales.
Inspirado en los brillantes palacios del Renacimiento aún existentes de la nobleza italiana, impecables en el criterio por la elegancia y la estética.
Vive un renacer único en este maravilloso diseño real..